dissabte, 27 de març del 2010

EL CORSÉ EN EL SIGLO XVI

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Las primeras prendas que se podrían considerar corsés en el sentido estricto aparecieron en la primera mitad del siglo XVI, siendo su fama en las cortes europeas debida a Catalina de Medici ( 1519-1589). En los siglos anteriores no se puede hablar todavía del uso de esta pieza, puesto que la moda medieval, en su evolución, fue adaptando la ropa a la forma del cuerpo, haciendo que las prendas femeninas se ajustasen más, mediante el cierre frontal de los vestidos y blusas. En el siglo XV aparece la basquiña, un corpiño de origen español que se ataba al verdugale , una falda equipada con aros para ensancharla. La basquiña seria, por lo tanto, el precedente más claro del corsé.

En el siglo XVI los corsés y corpiños era utilizados sobretodo por mujeres y jóvenes de la aristocracia. Éstos podían usarse tanto como ropa interior o en el exterior, permitiendo, en este caso, añadir mangas y cubrirse con una parte delantera decorativa. Estos corsés se usaban con piezas alargadas de materiales duros, así como la madera, metal, marfil o hueso de ballena, que se colocaban en la parte frontal del corsé para mantener la posición erecta del cuerpo, lo que hizo que los corsés de esta época se denominaran corps a baleine . Como complemento obligatorio al corsé, las mujeres se colocaban crinolinas, un vestido ahuecado en forma de campana sujetada con varitas de metal, que, con el corsé, enfatizaban la cintura fina de la mujer. Los hombres de la aristocracia también usaban corsé, que daba al busto una forma geométrica, resaltando también una cintura fina y un vientre ligeramente abultado.



La aparición del corsé en esta época y su uso responde a una idea estética concreta que se expande por Europa y que influye las tendencias de la mayoría de países. Se primaba en los círculos de la nobleza los cuerpos rígidos, rectos y que tuvieran forma geométrica, una estética influenciada por la moda española de entonces. Por esa razón se imponía el uso del corsé ya en la infancia, tanto a las niñas como a los niños ( que lo abandonaban a la edad de seis años), ya que les permitiría crecer con rectitud, previniendo deformaciones en la columna y para obtener un busto quien formado, aunque también se asociaba esta prenda a la disciplina y al autocontrol que ésta infundía sobre quien lo llevaba, además de de hacer que las mujeres caminasen con una rectitud majestuosa y digna.


Otro hecho a tener en cuenta es que en esta época aparecen las primeras voces en contra del uso del corsé, sobretodo de cirujanos que lo culpan de muchas muertes y también de parte de críticos de moda y algunos pensadores, quienes acusan a las mujeres de ser esclavas de esta prenda por simple vanidad.


BIBLIOGRAFIA